La política neoliberal de Estados Unidos.

 Claudia Cortés Altamirano

 

La política exterior norteamericana durante el gobierno de Reagan, al menos durante los seis primeros años, se trató de dar énfasis al excepsionalismo del pueblo norteamericano, a pesar  de que en esos momentos no existían elementos que pudieran fortalecer cierta posición, ya que se había pasado por la amarga experiencia de la derrota de Vietman y la humillación en Irán. Ponía especial énfasis en que los Estados Unidos era una tierra especial, cuya historia y destino también especiales, que era una ciudad sobre una colina y que sus pobladores deberían considerarse como el pueblo elegido por Dios. Así debía entenderse como la tierra prometida y a su gobierno como la última esperanza en la tierra.
         Cuando Reagan llega al poder, los Estados Unidos atraviesa la peor de sus crisis internacionales; la crisis petrolera, la crisis del Medio Oriente, Irán y Libia, Nicaragua y Granada. La doctrina que se aplicó para tratar de solucionar estas crisis fue: Siempre hemos sido el número uno, a pesar y de la enemiga y poderosa Rusia atea; vamos a reconstruir nuestro big stick de tal manera que nunca Estados Unidos vuelva a hablar en tono suave. Esta crisis fue el resultado del enfrentamiento con los vietnamitas, coreanos, camboyanos, árabes, cubanos y nicaragüenses que rompieron las cadenas y se liberaron.
        Enfrentamiento con la Unión Soviética. La administración Reagan buscó reafirmar su dominio en el hemisferio, esto es,  en América Latina y en particular en Centroamérica. Ya que el país no podía permitir que existieran regímenes marxistas  en su esfera de influencia. Para el logro de estos objetivos se siguieron principalmente dos estrategias. La primera fue la expanción de su poder económico capitalista, pues se pensaba que con la inversión, la transferencia de tecnología, el comercio y el entrenamiento , además de ayudar a la vida económica, podría ser uno de los medios más efectivos para acercar a América Latina a los Estados Unidos. El milagro del mercado, no solo fortalecería los vínculos con América Latina, sino que proporcionaría a estos países la ayuda que necesitaban desesperadamente.
         La segunda fue el perfeccionar políticas de contención que se habían empleado con éxito en la época posterior a la Segunda Guerra Mundial. El presidente trataba de seguir el modelo usado por Truman y Eisenhower en europa, sólo que esta vez la lucha sería en el hemisferio occidental. Casi inmediatamente al asumir el poder, Reagan comenzó a fortalecer la presencia militar en América Central y el Caribe y alentó a sus aliados en la región a modernizar sus fuerzas armadas. Así, el presidente estaba convencido de que el comunismo podía ser contenido mediante un importante crecimiento militar que mostrara a los revolucionarios izquierdistas y a sus patrocinantes que los Estados Unidos intentaban seriamente detener su penetración en su esfera de influencia.
         El aspecto más significativo de la política de contensión de Reagan hacia América Central y el Caribe fue que en gran medida era de naturaleza ofensiva. La contención de la Unión Soviética de Europa de posguerra había intentado enfrentar la agresión comunista con fuertes alianzas militares como la OTAN y un compromiso de reconstruir los países debastados de la guerra. Pero en América Central y del Caribe, la administración transformó la contensión en una estrategia que trataba de desestabilizar a los gobiernos precomunistas y si era posible alejarlos del poder. Bajo esta optica, los Estados Unidos no permitirian una tercera cuba en Granada ni en ninguna parte de la región. Por lo tanto, el medio más popular de responder a una amenaza comunista fue canalizando asistencia militar a naciones que estaban amenazadas por la revolución o limitaban con países de los que podría expanderse la revolución. Así, los Estados Unidos enfrentaron no sólo a revolucionarios bien armados y a satélites comunistas que amenazaban el balance de poder de la región, sino que también desafiaron la posición como vendedores de armas a América Latina de parte de los británicos, los franceses, los israelíes, los alemanes occidentales y, por supuesto, los soviéticos.
         Tras este objetivo, la administración Reagan reactivó el uso de la ayuda militar como herramienta de la política exterior cuando comenzó a reconstruir sus vinculaciones con los regímenes autoritarios y decidió detener la difisión de la revolución izquierdista de América Central. La ayuda militar norteamericana a los países latinoamericanos se distribuyó por medio de tres programas importantes:
        - Ventas Militares Extranjeras (FMS), programa por el cual se distribuían armas y equipo.
        - Programa de Ayuda Exterior (MAP), que otorgaban o prestaban artículos de defensa, servicios y entrenamiento a gobiernos extranjeros.
        -  Programa de Educación y Entrenamiento Militar (IMET) que proporcionaba fondos para el entrenamiento y la educación profesional de militares extranjeros y personal civil relacionado.
         Los Estados Unidos no limitaron sus esfuerzos contra el comunismo, ya que  agregaron un componente de propaganda a su arcenal de contención en la forma de una estación radiofónica llamada Radio Martí. Con esta el gobierno norteamericano empezó a contratacar la propaganda cubana que esta había enviado hacia América Latina, en donde el gobierno norteamericano proporcionó al pueblo cubano y a otros posibles oyentes una nueva programación con la perspectiva norteamericana, enviando información sobre su gobierno, información que ellos no recibían mediante su sistema de gobierno.
         Un logro importante en esta administración es la negociación Estados Unidos -Unión Soviética, en materia de disminución de concesiones sobre armamentos y a poner fin a muchas actividades perturbadoras de los agentes soviéticos en el tercer mundo, lo cual trajo como consecuencia a corto plazo, la disolución del imperio soviético en la Europa Oriental. Los rusos se retiraron de Afganistán y reconocieron que su intervención había sido un error. De ahí se desprendieron varios logros norteamericanos, entre ellos fueron las cinco reuniones cumbre entre Gorbachov /Reagan. La más provechosa de ellas fue la tercera, realizada en Washington, en diciembre de 1987, en donde firmaron el Tratado sobre Fuerzas Nucleares Intermedias.
         El papel de la administración de Reagan a pesar de todo, no fue bueno, ya que en Medio Oriente, no pudo continuar con los logros de la administración pasada, el caso de Campo David, aun y cuando se sigio la línea de las administraciones pasadas, fue incapaz de solucionar los problemas que se sucitaba en esa parte del mundo ( Problema Palestino, de limitar el terrorismo o de someter a los estados más belicosos del Medio Oriente).
         En cuanto a la administración Bush, se dice que su primer año de gobierno  trajo beneficios a las naciones, ya que con el fin del imperios soviético y la aceptación generalizada de los derechos humanos permitió que se desatara la nueva ola democrática que, con una diplomacia cauta, había permitido el desarrollo de estos sucesos y con ello, una aparente calma internacional.
        Las relaciones con la Unión soviética siguieron aumentando en medida que se realizaron reducciones unilaterales de sus fuerzas armadas, retiraron tropas de sus antíguos satélites y se reorganizaron posiciones ofensivas. Uniendo esfuerzos, se propusieron montar la conferencia de paz de Medio Oriente, realizada el 9 de septiembre de 1991, en Helsinski. La cual fue la un logro muy importante, pues simbolizó la cooperación entre estos dos antigos adversarios para tratar la invasión a Kuwait por parte de Irak, la cual fue la primera crisis posterior a la guerra fría. A partir de esta guerra Estados Unidos se proclama el gendarme internacional, ya que asegura que es el único país con la capacidad militar para evitar un conflicto de gran escala. Y antepone la necesidad moral como país de mantener un orden mundial basado en el respeto de valores universales.
         La política norteamericana del llamado Nuevo Orden Internacional continuó con la directriz intervencionista, que bajo el esquema de defensa de valores universales, paz y seguridad internacionales, así como la defensa de sus intereses y la de sus ciudadanos, interviene en diciembre de 1989 a Panamá y derroca al gobierno de Antonio Noriega, sustituyendolo por el gobierno democrático de Guillermo Endara. De ahí parte una larga cadena de intervenciones, que en el caso de Irak (2 de agosto de 1990), Estados Unidos demostró su gran poderío militar y mostró una desconcertante imagen del presidente. Por una parte reunió una gra coalición militar internacional y presidió la formulación de un plan de batalla bien concebido para contrarestar a Irak (Operación Tormenta del Desierto). Y por otra, jamás sustentó, de manera convincente, que fuera necesaria tanta fuerza militar. Y para justificar sus acciones tuvo que actuar a través de las Naciones Unidas, la cual justificaría sus acciones dandoles valor jurídico con sus resoluciones. El objetivo estrategico norteamericano no fue la invasión en sí a Kuwait, sino más bien fueron los intereses económicos en la zona (petróleo).
         Una manera de elevar el orgullo norteamericano en las administraciones de Reagan y Bush fue la utilización de los medios de comunicación y el empleo de la cultura anticomunista. Un caso importante de resaltar fue la industria del cine estadounidense, en donde se trataba de mostrar al mundo una Norteamérica victoriosa. Bajo este claro mensaje de lo que fue la cultura predominante norteamericana  se exaltó: el ejercicio de la violencia, en todos sus matices y formas, para hacer un llamado por la paz y democracia y pretender imponer la paz con más violencia.
        Sin embargo, los problemas a los que se han tenido que enfrentar las últimas administraciones, tanto de carácter interno como externo, ha marcado una disminución de su influencia y presencia en la política y en la econmía internacional para hacer frente de manera exitosa a los nuevos deterioros que se desarrollan en el nuevo orden mundial. Su déficit económico ha buscado la manera de recurrir a una nueva estrategia de política exterior que le permita continuar con los mismos lineamientos que su interés nacional le exija. Es así como busca elevar valores a rango universal para seguir manteniendo su hegemonía en el mundo.
         De ahí que la agenda de política exterior de William Clinton tenga que ver solución de conflictos, ejerciendo el papel de policía mundial, de árbitro y calificador de democracias y de la utilización de la cooperación internacional para lograr ciertos intereses particulares. En nombre de la ayuda humanitaria se avanza en el control de los países, que más tarde podría utilizarse con otras finalidades. Muchas de las políticas norteamericanas, como la asistencia humanitaria o la defensa de la democracia favorecen el control de los países de la periferia mundial, a la vez que impiden que las propias regiones estructuras de autoayuda.  Además, el canalizar esta ayuda humanitaria y de defenza de la democracia a organismos internacionales más democratizados (como debería ser el caso de Naciones Unidas) disminuiría los gastos de Estados Unidos dentro de la organización, pudiendolos ocupar para otros aspectos.
          Bajo este esquema, el secretario de Estado W Chistopher estableció en noviembre de 1996, los principios básicos que guiarían la política exterior estadonidense, los cuales a su vez, son una estrategia de prevención de conflictos.
            - Uno de los principios básicos es el apoyo a la democracia y los derechos humanos;
            - otro principio básico es el fortalecimientos de las instituciones que brindan una base duradera a la paz y la prosperidad mundial;
            - Otro principio clave es la función central del liderazgo y participación de Estados Unidos, ya sea de manera de mediación estadounidense en conflictos, fortaleciendo el papel en la economía global, o con la lucha contra las amenazas transnacionales de la proliferación nuclear, la delincuencia, el terrorismo o la degradación ecológica.
            - la cooperación con los países aliados como elemento vital para evitar conflictos.

         En cuanto a ejecusión de la política exterior, Estados Unidos han firmado el Nuevo programa Trasatlántico (NTA), comprometiendose con la Unión Europea a trabajar en 150 temas específicos de cooperación, incluso en materia de diplomacia preventiva. De igual manera, desarrollan nuevas formas de cooperación en apoyo del desarrollo democrático en Nicaragua, El Salvador y México; fortalecen el nuevo gobierno en Haití; adelantan la sociedad civil en la región andina y Guatemala; y cooperan en asuntos de medio ambiente en los nuevos estados Independientes y en Bulgaria, y en la salud y población en Asia y en el Medio Or iente. Además, han establecido una centro de adistramiento policial internacional para las fuerzas policiales de Europa Central y oriental, y participan en acciones conjuntas contra las drogas en el Caribe.
         En materia militar, E.U y  sus principales aliados de la OTAN trabajan diplomáticamente para impedir la erupción de tensiones históricas. Y para lograrlo, han enviado un claro mensaje a los Estados de Europa Central y Oriental de solución de tensiones históricas, para que así puedan disfrutar de los beneficios que les ofrece la región. En lo referente al conflicto Bosnio, Estados Unidos mantiene (desde noviembre de 1996) una fuerza militar en Bosnia que se mantendra hasta mayo de 1998, para mantener la estabilidad en la zona.
         Una de las nuevas propuestas del gobierno actual es la de crear una fuerza de intervención para tratar los conflictos Africanos. En la iniciativa denominada Fuerza de Respuesta a la Crisis Africana (ACRF), Estados Unidos procurará formar una asociación con Africa, Europa, las Naciones Unidas, la OUA y otras entidades para aumentar la capacidad de las fuerzas armadas africanas para responder a las crisis internacionales. Esta esta basada en las iniciativas actuales de mantenimiento de la paz  en Africa y en todo el mundo. En ella se incluyen programas  como la Asociación para la Paz con las Naciones que pertenecían al desaparecido Pacto de Varsovia.
         Además de trabajar con los aliados, las Naciones Unidas y organizaciones privadas, Estados Unidos también participa por propia iniciativa en el manejo de conflictos y diplomacia preventiva, por ejemplo Irlanda del Norte y en el Oriente medio, donde administraciones sucesivas han efectuado diplomacia viajera. Esta última parte del planeta es de vital importancia para Estados Unidos, ya que de esta zona se pueden desprender los conflictos importantes que afecten la paz y seguridad internacional.
         Como hemos visto en las administraciones Reagan, Bush y Clinton resaltan como elementos esenciales la seguridad económica y militar, la lucha contra las amenazas y el trabajar en favor de los gobiernos democraticos.
 
 
 
 

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